AMARRAS.
Un día soltaré amarras,
ahuecaré las velas
y sobre un mar de lágrimas,
con el faro de un lucero,
abandonaré el puerto de mis penas.
Pero sigo aquí en el muelle,
como restos de un naufragio,
encallada en mis angustias.
Buenos Aires, útero eternal,
ancladero de sueños imposibles.
Cuando despierte lejos un día,
diré tu nombre en un tango,
himno profano de los suburbios,
aún en tierras de coplas extrañas.
Siempre serás mi canción.
mariaValente